La ex primera dama de los Estados Unidos, Michelle Obama, compartió recientemente en una entrevista la importancia de la crianza de sus hijas, Malia y Sasha, durante su tiempo viviendo en la Casa Blanca. Según Michelle, sus hijas tuvieron que mostrar respeto y responsabilidad al ser parte de una familia presidencial.
En la entrevista, Michelle destacó que era fundamental que Malia y Sasha comprendieran la relevancia de sus acciones y su impacto en la sociedad. Afirmó que tanto ella como Barack Obama se esforzaron por inculcarles valores sólidos y fomentar su autoestima en un entorno tan único como el de la Casa Blanca.
La crianza en un entorno único
Michelle Obama reveló que sus hijas, en su adolescencia, tuvieron que «ponerse serias» y actuar de manera correcta al estar bajo el escrutinio público constante. Destacó la necesidad de que Malia y Sasha comprendieran la importancia de su posición como hijas de un presidente.
«Queríamos que comprendieran que el privilegio de vivir en la Casa Blanca conllevaba responsabilidades. Tenían que comportarse de manera adecuada y ser conscientes de su papel como figuras públicas», mencionó Michelle Obama durante la entrevista.
El legado de la familia Obama
La crianza de Malia y Sasha en la Casa Blanca se ha convertido en un aspecto fundamental del legado de la familia Obama. Michelle subrayó que, a pesar de las presiones y expectativas, siempre intentaron criar a sus hijas con amor, comprensión y respeto por los demás.
En resumen, la historia de las hijas de los Obama en la Casa Blanca refleja no solo los desafíos únicos de crecer en un entorno tan excepcional, sino también la importancia de la familia y los valores en la formación de la siguiente generación.